Las políticas activas de empleo consisten en un conjunto de  programas que permiten la consecución del empleo y la adecuación de la oferta y la demanda. Están enfocadas a mejorar la “empleabilidad” de los trabajadores. Están destinadas a mejora la empleabilidad de las personas.

Hay tres tipos:

  •  Orientación, intermediación y colocación: que concite en asesoramiento individualizado al parado (servicio público de empleo). Son las que llevan a cabo las entidades públicos de empleo y las entidades subordinadas a ellas. La reforma laboral hace que las ETT puedan realizar esto también, lo que supone una privatización de este servicio que tenía que hacer el Estado.
  •  Formación: Cursos de formación que promueve el Servicios Público de Empleo. Dentro de las políticas activas es un mecanismo que tiene el Estado para financiar los sindicatos ya que estos son los principales beneficiarios para fomentar cursos de formación para los trabajadores.
  • Promoción y creación de empleo:
    • Subvenciones o bonificaciones a la contratación de determinados colectivos en el sector privado. Son subversiones o bonificaciones que se lo otorgan a las empresa por ejemplo para contratar de terminado colectivo.
    • Ayudas al autoempleo (autónomos): Créditos a bajo interese, subvenciones a fondo perdido, simplificación de trámites de establecimiento empresarial.
    • Creación directa de empleo en el sector público: contratos temporales en la Administración Local → Planes de Empleo: Es la creación de empleo en el sector público. Es lo que  hizo Roosevelt  con la New Deal.

En palabra de García Brosa, las políticas activas engloban toda aquella situación que tiene por objeto mejorar las posibilidades de acceso al empleo o incentivar de forma directa la creación de puestos de trabajo.